Se trata de una planta vivaz de follaje perenne o semiperenne que destaca por sus impresionantes hojas y flores, formando grandes masas de verdor. Es especialmente adecuada para adaptarse a las zonas más húmedas y sombrías del jardín.
Se trata de una hierba perenne que puede alcanzar una altura de hasta 1 metro.
El Acanthus mollis crece rápidamente, lo que contribuye a su capacidad de formar masas verdes en poco tiempo.
Sus hojas son grandes y profundamente lobuladas, con un color verde oscuro y una longitud que varía entre 25 y 60 centímetros. Su atractivo innegable ha servido de inspiración en la decoración de templos antiguos, utilizándose en frisos y capiteles corintios de columnas.
Las flores del Acanthus mollis se disponen en inflorescencias espiciformes y son grandes, midiendo entre 3 y 5 centímetros de longitud. Pueden ser blancas o ligeramente rosadas y están protegidas por brácteas espinosas. El labio superior de la corola suele presentar tonalidades violetas o verdes. La planta florece entre los meses de mayo y junio.
Aunque no requiere oscuridad total, esta planta se adapta mejor a cierto grado de penumbra. Sin embargo, también puede tolerar la exposición directa al sol sin mayores dificultades.
El Acanthus mollis puede tolerar temperaturas de hasta -10ºC.
Esta planta se desarrolla mejor en ambientes húmedos.
Prefiere suelos fértiles y ricos, que retengan la humedad durante el verano pero que también estén adecuadamente drenados. Si se cultiva en maceta, es recomendable utilizar una maceta profunda para permitir un buen desarrollo de las raíces.
Se recomienda eliminar las espigas florales marchitas. No es necesario cortar las hojas, ya que permanecerán siempre verdes. En caso de una floración abundante que cause el marchitamiento generalizado de las hojas, se aconseja una poda total de la parte aérea. Esta poda debe realizarse antes de que comiencen las heladas en otoño, para permitir que la planta se recupere.
El Acanthus mollis se puede propagar mediante la división de los tallos subterráneos en otoño o primavera temprana, o mediante semillas frescas a finales del verano o principios del otoño.
Debido a la belleza tanto de sus hojas como de sus flores, el Acanthus mollis ofrece diversas aplicaciones. En plantaciones mixtas, aporta sus propias flores y sirve como fondo para resaltar el colorido de otras especies. También es perfecta para enriquecer cromáticamente las zonas sombrías que a menudo carecen de vegetación adecuada.