Planta de interior procedente de Brasil, que en plena naturaleza crece como especie epífita -sobre otros vegetales, pero no a costa de ellos- o bien encima de troncos o ramas descompuestas.
Un planta en buen estado alcanza hasta 60 cm. de diámetro con hojas de hasta 30 cm de largo.
Las nuevas rosetas separadas de la planta madre tardan unos 2 años en alcanzar el tamaño de la floración.
El follaje se dispone en roseta y es de color verde, aunque está cubierto de un depósito blanco parecido a la cal. No debes quitarlo, ya que constituye un buen contraste con el color rosa de la flor que nace del centro.
Las verdaderas flores aparecen en la parte superior de la espiga y son de color púrpura.
Las rosetas mueren de forma gradual después de la floración. La vida de cada roseta oscila entre 2 y 3 años, según la velocidad con que dé flor.
Es muy tolerante. No le importa que la luz sea indirecta o recibir los rayos directos del sol.
La normal de la habitación, pero no inferior a los 12ºC ni superior a los 27ºC.
Mantenla bastante húmeda, en especial antes de la floración, regando dos veces a la semana. La roseta central debe tener 2,5 cm. de agua, que deberás cambiar cada 3 semanas. Utiliza mejor agua de lluvia. En la naturaleza, las hojas recogen la lluvia tropical y la conducen hacia el centro.
No es necesario.
Es muy tolerante, no tiene necesidades especiales.
No es necesaria. No uses nunca abrillantador.
Muy tolerante.
Cualquier compost poroso sin cal.
La mayoría de las plantas vendidas en el mercado han sido obtenidas de semilla, pero ésta es una tarea de especialistas.
No es necesaria, excepto cortar la espiga floral muerta cuando esté marchita del todo.
Lo que se hace es poner en maceta los retoños que quedan del ejemplar muerto. Es muy importante esperar hasta que la planta madre tenga por completo marchitas las hojas antes de proceder a la división.
Es mejor que estén solas en su propia maceta, aunque también combinan felizmente con diversas especies de hoja tales como filodendros, ficus, etc.