Orquídea originaria de sumatra, muy característica por el peculiar diseño de sus flores.
Alcanza unos 60 cm.
Las hojas son rígidas y cerosas, de un verde brillante a veces moteado. Parten en forma de abanico de un tronco casi inexistente.
Las flores, que son más grandes que en el resto de las demás especies del género, tienen unos curiosos pétalos laterales, alargados y cubiertos de pelos. Cada escapo emite una flor de un característico color verde que en invierno torna a tonos rojizos.
Requieren una iluminación moderada y un clima cálido. Puede recibir los rayos solares a las horas más frescas del día.
Las raíces necesitan humedad constante por lo que no debe faltarles el agua -cada 3 o 5 días-. Es importante dejar reposar previamente el agua destinada al riego para que alcance la temperatura del entorno. También puedes pulverizarlas.
Un abono rico en nitrógeno, del tipo 30/10/10 es apropiado para esta orquídea. Es importante respetar esta proporción ya que son muy sensibles a los excesos y tener la precaución de regar inmediatamente después para evitar que se quemen las raíces.
Requieren una humedad del 70% o el 80%.
Proporciónale una tierra ligera y bien drenada. Resulta ideal la corteza de conífera.
El cambio de maceta debe realizarse después de la floración.
Es mejor que estén solas combinadas entre sí aunque también combinan felizmente con bromelias. No intentes más combinaciones que estas pues son consideradas plantas celosas.