Orquídea originaria de Tailandia, muy característica por el peculiar diseño de sus flores.
Alcanza unos 15 o 25 cm.
Las hojas son rígidas y cerosas, de un verde brillante normalmente moteado. Parten en forma de abanico de un tronco casi inexistente.
Las flores, de unos 4 o 6 cm, tienen unos curiosos pétalos laterales, alargados y moteados en marrón con fondo verde. Cada escapo emite una o dos flores.
Requieren una iluminación moderada y un clima cálido.
Las raíces necesitan humedad constante por lo que no debe faltarles el agua -cada 3 o 5 días-. También puedes pulverizarlas.
Un abono rico en nitrógeno, del tipo 30/10/10 es apropiado para esta orquídea. Es importante respetar esta proporción ya que son muy sensibles a los excesos y tener la precaución de regar inmediatamente después para evitar que se quemen las raíces.
Requieren una humedad del 60%.
Proporciónale una tierra ligera y bien drenada. Resulta ideal la corteza de conífera.
El cambio de maceta debe realizarse después de la floración.
Es mejor que estén solas combinadas entre sí aunque también combinan felizmente con bromelias. No intentes más combinaciones que estas pues son consideradas plantas celosas.