El término "zonale" en latín hace referencia al borde marrón en las hojas, resultante de su cruce con P. inquinans. Los híbridos zonales presentan diferentes niveles de borde marrón según los progenitores involucrados en el último cruzamiento.
Los pelargonios zonales exhiben un porte erguido con hojas relativamente grandes y tallos robustos cubiertos de finos pelillos.
Las hojas de Pelargonium zonale son redondeadas o en forma de corazón, de tamaño moderado a grande, con un distintivo borde marrón o "zonado". Tienen una textura suave, pueden tener venas prominentes y a menudo están cubiertas de pelillos finos.
Las flores, dispuestas en umbelas, tienen un pecíolo largo que agrega atractivo a su aspecto.
Los pelargonios requieren sol abundante o al menos ubicaciones cálidas y muy iluminadas. Aquellos con hojas variegadas pueden tolerar sombra parcial, aunque en exceso puede afectar su floración.
Son sensibles a las heladas, por lo que deben resguardarse durante el invierno en áreas protegidas.
La capacidad de almacenar humedad en hojas y tallos carnosos permite a los pelargonios sobrevivir a sequías prolongadas. Sin embargo, el exceso de humedad puede propiciar la pudrición de las raíces, por lo que un riego adecuado es esencial. La regla es esperar a que la tierra esté considerablemente seca antes de regar abundantemente, evitando mojar las hojas para prevenir la propagación de hongos.
Durante el desarrollo vegetativo, es recomendable abonar regularmente a través del riego. Suspende el abonado en invierno para permitir que la planta descanse.
Para prosperar, los pelargonios zonales necesitan un sustrato rico y bien drenado. La porosidad del suelo es crucial, ya que estas plantas son sensibles al exceso de humedad. Asegúrate de que el recipiente tenga un sistema de drenaje eficaz.
El trasplante es mejor realizado antes del nuevo período de crecimiento (marzo o abril) o después de la floración (julio o agosto). La nueva maceta debe ser aproximadamente 2 cm más grande que la anterior.
La eliminación de hojas y flores marchitas durante el período activo fomenta el desarrollo y la formación de nuevos brotes. En invierno, se suele realizar una poda, dejando la cepa basal para la generación de nuevos brotes en primavera. En climas más suaves, se pueden realizar podas menos drásticas.
Los esquejes de geranios tomados al principio o final del verano, de ramitas sin flores, pueden enraizar bien en macetas de turba cubiertas con plástico transparente.
Los pelargonios zonales se presentan en variadas formas, incluyendo hojas de diferentes colores, lo que añade atractivo a tu jardín.