El tejo común, una conífera de crecimiento lento con una apariencia distintiva en su madurez, ha dado origen a hermosas variedades cultivadas, algunas presentando atractivos tonos dorados.
Este árbol de crecimiento pausado no alcanza alturas significativas incluso tras largos periodos, aunque su imponente aspecto en la madurez resulta impresionante.
Desde su juventud hasta su etapa adulta, el tejo común exhibe una estructura densa compuesta por numerosas ramillas que emergen incluso de la madera más antigua, lo que lo diferencia a lo largo de su vida.
Las hojas aciculares son cortas y planas, dispuestas en ambos lados de un eje. Normalmente de un verde oscuro, aunque algunas variedades cultivadas presentan colores distintivos.
El tejo es un árbol dióico, lo que significa que cada individuo es de un sexo específico. Sus pequeñas bayas de un intenso color rojo son no tóxicas, siendo la única parte del tejo segura para el consumo.
El tejo es altamente adaptable a diversas condiciones de cultivo, tolerando tanto la luz solar directa como la sombra densa.
El tipo de terreno es un factor crucial, ya que el tejo común prospera en suelos alcalinos.
A diferencia de muchas otras coníferas, el tejo puede someterse a podas severas sin problemas, permitiendo la creación de formas geométricas y setos bien definidos.
El tejo común ha sido ampliamente utilizado en setos, brindando un fondo impresionante para mezclas de bordes con flores y arbustos. Su capacidad para ser moldeado en cilindros, esferas y conos lo hace destacar, recordando a los jardines barrocos franceses. Las variedades cultivadas también son ideales tanto para exhibición individual como para mezclas con otras coníferas y brezos.
El tejo común ha dado lugar a variedades notables. T. b. Fastigiata, conocido como tejo de Irlanda, y T. b. Fastigiata Aurea, presentan un porte columnar compacto, con el primero en tonos normales y el segundo en dorados vibrantes, por lo que se recomienda evitar su poda. T. b. Repandens y Semperaurea, también en verde oscuro y dorado respectivamente, tienen una apariencia desaliñada si no se podan regularmente, destacando Repandens por su interesante crecimiento extendido.