Arbusto de fácil cultivo que exhibe una profusa y llamativa floración primaveral para, después, servir de masa verde de discreta presencia. Excepto cuando se haya en floración, la Weigela es un arbusto discreto, procedente de China, donde fué cultivado en los jardines imperiales durante siglos. Es una especie de crecimiento vertical y silueta redondeada.
Alcanza los dos metros de altura.
Es de crecimiento relativamente lento.
Las hojas, elípticas y caducas, se disponen en pares opuestos sobre las ramas y tienen un interesante tono verde claro al brotar.
Florece hacia el mes de abril, justo después de la brotación foliar. Las flores tienen forma de embudo abierto en cinco lóbulos y pueden ser de diferentes matices rosados o rojizos.
Han de plantarse en situaciones muy iluminadas, pero evitando las posiciones demasiado expuestas.
Resiste las heladas.
Riego regular, más abundante en verano (un par de veces a la semana). Le perjudica la sequía intensa.
Abona en primavera y al finalizar la floración.
No son en absoluto exigentes en cuanto a la composición del terreno, aunque sí debe tener buen drenaje.
Conviene efectuar podas que reduzcan el ramaje a la mitad de su longitud cada tres o cuatro años, lo que ayuda a mantenerlas compactas y a que no se desnuden por la parte inferior. Dichas podas deben efectuarse al término de la floración para que ésta no se vea afectada.
Se propaga con facilidad por estacas plantadas a principio de la primavera. Utiliza enraizador.
Dado el escaso interés que las Weigelas muestran fuera de su período florífero, es aconsejable combinarlas con otros arbustos o con plantas vivaces. Así, nos brindarán su particular y expresivo acento primaveral sirviendo luego como masa o fondo verde.